El segundo proceso de Joseph K.

"Durante el primer proceso (el que cuenta Kafka en su novela), el tribunal acusa a K. sin señalar el crimen. Los kafkólogos no se extrañan de que pueda acusarse a alguien sin decir por qué y no se apresuran a meditar sobre esta situación inédita, nunca examinada en ninguna obra literaria. Por el contrario, se ponen a desempeñar el papel de fiscales en un nuevo proceso que incoan ellos mismos contra K. intentando esta vez identificar la verdadera falta del acusado. Brod: ¡no es capaz de amar! Goldstücker: ¡consintió que su vida se mecanizara! Vialatte: ¡rompió su noviazgo! Hay que concederles este mérito: su proceso contra K. es tan kafkiano como el primero. Pues, si en un primer proceso K. no es acusado de nada, en el segundo es acusado de cualquier cosa, lo cual vuelve a ser lo mismo ya que en los dos casos algo queda claro: K. es culpable no porque haya cometido una falta, sino porque ha sido acusado. Ha sido acusado, por lo tanto debe morir."

Milan Kundera - Los testamentos traicionados - Octava parte: Los caminos en la niebla - El segundo proceso de Joseph K.