en los retratos
hay como mínimo
dos personas.
tantas fotos,
tantos gestos,
tantas sonrisas,
con las que ya
nada tengo que ver.
ya no me toca
sacarte más fotos,
elegir el encuadre
ni la perspectiva.
me toca verte
a través de los ojos
de otro.
ya no puedo elegir
como verte.