La corta vida que tiene un exabrupto. Las primaveras son de un día, los inviernos de seis meses. Las revoluciones son un basta, un gesto destinado al suicidio, incluso en la victoria. ¿Estaré desaconsejando el exabrupto o elogiando el suicidio, la brevedad, lo efimero, lo frágil? Todo depende finalmente de una pregunta: ¿poco es negativo y mucho positivo? La mejor respuesta que se me ocurre es "No, radio".